Tácticas de ICE bajo escrutinio tras arrestos violentos y controvertidos



Una serie de operativos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) ha generado una fuerte controversia, principalmente por un incidente ocurrido en Fitchburg, Massachusetts. Durante una parada de tráfico el jueves 6 de noviembre, agentes de ICE detuvieron a Juliana Milena Ojeda-Montoya, una ciudadana ecuatoriana. La detención se tornó caótica cuando su esposo, Carlos Zapata, de 24 años, sufrió lo que pareció ser una convulsión mientras sostenía a su hija pequeña.
El suceso fue grabado por transeúntes y el video se difundió ampliamente, provocando indignación. Las versiones sobre el incidente son contradictorias.
Zapata declaró al Boston Globe que los agentes lo empujaron, golpearon y presionaron su cuello, lo que le hizo perder el conocimiento.
Por su parte, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) acusó a Zapata de "fingir" una emergencia médica para ayudar a su esposa a escapar.
En un comunicado, la secretaria asistente Tricia McLaughlin afirmó que el personal médico no encontró una emergencia legítima y que Zapata fue visto coherente momentos después.
Ojeda-Montoya era buscada por presuntamente apuñalar a una compañera de trabajo con unas tijeras y lanzarle un bote de basura, siendo acusada de asalto y agresión con un arma peligrosa. La pareja, originaria de Ecuador, ingresó ilegalmente al país hace años y tiene un caso de asilo pendiente.
Este evento se suma a otras acciones de ICE que han sido cuestionadas.
En Chicago, agentes irrumpieron en la guardería de inmersión al español "Rayito de Sol" para detener a una maestra durante su jornada laboral, lo que provocó pánico entre el personal, los padres y los niños. Estos incidentes han intensificado las críticas de activistas y defensores de los derechos de los inmigrantes, quienes argumentan que las tácticas de ICE son violentas, separan familias y generan severas crisis emocionales. Las redadas, según uno de los artículos, continúan incluso durante el cierre del gobierno estadounidense, y han provocado reacciones de políticos como el recién electo alcalde de Nueva York, Zohran Mamadani, quien prometió que los agentes de ICE rendirán cuentas si violan la ley.









