Corrupción y Apuestas Ilegales: Una Ola de Escándalos Golpea al Deporte Profesional de EE. UU.



El deporte profesional estadounidense se ha visto sacudido por un nuevo escándalo de corrupción, esta vez en las Grandes Ligas de Béisbol (MLB), que involucra a los lanzadores dominicanos de los Cleveland Guardians, Emmanuel Clase y Luis Ortiz. Según la Fiscalía Federal del Distrito Este de Nueva York, ambos jugadores están acusados de aceptar sobornos para manipular los resultados de los partidos, proporcionando a los apostadores información anticipada sobre sus lanzamientos y realizando picheos intencionadamente malos para asegurar apuestas exitosas. Este esquema generó al menos 400 mil dólares en ganancias para los apostadores, mientras que Clase y Ortiz recibieron pagos de cinco mil y siete mil dólares, respectivamente. Como resultado de la investigación, Luis Ortiz, de 26 años, fue arrestado por el FBI en Boston, aunque Emmanuel Clase, de 27 años, aún no se encuentra bajo custodia en Estados Unidos. Los cargos en su contra incluyen conspiración para cometer fraude electrónico, influir en eventos deportivos mediante sobornos y lavado de dinero, delitos que conllevan una posible pena de hasta 20 años de prisión.
Tanto la MLB como los Guardians han declarado estar cooperando plenamente con las autoridades, y los jugadores se encuentran en licencia remunerada desde julio. Este caso en la MLB no es un hecho aislado, sino que se suma a una serie de incidentes recientes que han puesto en jaque la integridad del deporte en Estados Unidos. Hace pocas semanas, la NBA se vio afectada por un escándalo de apuestas ilegales que involucró a Terry Rozier, jugador de los Miami Heat, por presuntamente utilizar información confidencial.
Rozier se encuentra actualmente alejado del equipo y sin sueldo.
Además, Chauncey Billups, exjugador y actual entrenador de los Portland Trail Blazers, fue implicado en una red de partidas de póker amañadas que operaba desde hacía cinco años y en la que participaban familias mafiosas. El fraude incluía el uso de tecnología avanzada para engañar a las víctimas que eran atraídas por participantes de alto perfil como Billups.










