El COI redefine la competencia femenina: Hacia una prohibición de atletas trans

El Comité Olímpico Internacional se encamina a implementar una prohibición para la participación de atletas transgénero en las categorías femeninas, una medida que busca garantizar la equidad competitiva pero que ha generado un intenso debate global.

El Comité Olímpico Internacional (COI) está evaluando la prohibición de la participación de atletas transgénero y con diferencias de desarrollo sexual (DSD) en todas las competencias femeninas, una medida que podría entrar en vigor para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028. Esta iniciativa es una de las principales promesas de campaña de la nueva presidenta del COI, Kirsty Coventry, quien ha manifestado que existe un "apoyo abrumador" dentro del organismo para proteger la categoría femenil. La posible nueva política se fundamenta en hallazgos médicos y científicos presentados por la doctora Jane Thornton, directora de salud del COI.

Dichos estudios confirman que los atletas nacidos varones conservan ventajas fisiológicas significativas, incluso después de someterse a tratamientos para reducir sus niveles de testosterona, lo que se traduciría en una competencia injusta para las mujeres cisgénero.

Anteriormente, el COI delegaba la decisión sobre la elegibilidad de los atletas a las federaciones deportivas individuales, pero ahora busca establecer un criterio uniforme. El debate se ha intensificado a raíz de casos polémicos como la participación de la levantadora de pesas Laurel Hubbard en Tokio 2020 y la medalla de oro de la boxeadora argelina Imane Khelif en París 2025.

Otras federaciones internacionales, como World Athletics, World Aquatics y World Boxing, ya han adoptado medidas restrictivas similares.

La nueva reglamentación del COI se anunciaría oficialmente durante 2026, aunque no aplicaría para los Juegos de Invierno de ese año en Milán-Cortina d'Ampezzo. El contexto político también ha influido en la postura del COI. En Estados Unidos, el presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que prohíbe la participación de hombres en deportes femeninos, una acción que ha sido vista como un precedente. Esta medida, que busca eliminar lo que Trump denominó "locura woke", añade presión sobre el comité organizador de cara a los juegos de Los Ángeles 2028.