La Lucha por los Desaparecidos en México: El Dolor Familiar y el Legado de una Defensora Incansable

Mientras una familia en Hidalgo exige a las autoridades avances en la búsqueda de una joven desaparecida, el activismo en Coahuila lamenta la pérdida de Blanca Martínez Bustos, una figura clave que dedicó su vida a acompañar a las víctimas de esta tragedia.

La crisis de personas desaparecidas en México se manifiesta a través del dolor de las familias que exigen respuestas y del luto por quienes dedicaron su vida a esta causa. Estos dos aspectos de la misma tragedia se evidenciaron recientemente con la protesta de familiares de una joven en Hidalgo y el fallecimiento de la reconocida activista Blanca Isabel Martínez Bustos en Coahuila. En Pachuca, Hidalgo, familiares y amigos de Elena Moncerrat Rodríguez Gómez, desaparecida desde mediados de septiembre, se manifestaron frente a la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJEH) para exigir avances en la investigación. Su madre, Concepción Gómez Vieira, y su hermana, Sonia Rodríguez Gómez, denunciaron la falta de progresos desde que se abrió la carpeta de investigación el 1 de octubre. La familia, que ha colaborado con las autoridades, también señaló que las cámaras de videovigilancia municipales que podrían ser clave no funcionan.

Tras un breve bloqueo vial, una comitiva fue recibida por las autoridades.

Paralelamente, el activismo nacional lamentó la muerte de Blanca Martínez Bustos, directora del Centro para los Derechos Humanos Fray Juan de Larios, a los 62 años debido a una complicación quirúrgica. Originaria de Torreón, Martínez Bustos fue una figura pionera en la visibilización de las desapariciones forzadas en México, especialmente en Coahuila. En 2009, invitada por el obispo Raúl Vera, llegó a Saltillo y fue fundamental en la creación de Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila (FUUNDEC), un colectivo que se convirtió en referente nacional. El legado de Blanca Martínez trasciende la búsqueda de personas. Su labor abarcó la defensa de migrantes, pueblos indígenas y derechos laborales. Reconocida con premios como el Nacional de Derechos Humanos “Sergio Méndez Arceo”, es recordada por colegas como Alberto Xicoténcatl como una de las defensoras más congruentes del país, quien deja un "hueco que nadie va a llenar" en la lucha por la justicia y la verdad.