La Casa Blanca de Trump revive la Guerra Fría para enfrentar a sus nuevos 'enemigos' internos

La administración de Donald Trump ha proclamado una 'semana anticomunista' en respuesta a reveses electorales, reviviendo una retórica de la Guerra Fría para señalar a socialistas democráticos, inmigrantes y narcotraficantes como las nuevas amenazas a la seguridad nacional.

La Casa Blanca, bajo la administración de Donald Trump, ha proclamado oficialmente la 'semana anticomunista', una medida que se interpreta como una respuesta directa a los recientes triunfos electorales de socialistas democráticos. Esta declaración revive la retórica de la Guerra Fría al calificar al comunismo como una 'doctrina del mal' responsable de millones de muertes, y advierte que sus ideas persisten bajo conceptos como 'justicia social' o 'socialismo democrático'. Un objetivo central de esta narrativa ha sido el alcalde electo de Nueva York, Zohran Mamdani, a quien Trump ha etiquetado directamente como 'comunista', sin distinguir entre las diferentes corrientes ideológicas. Esta estrategia política amplía la lista de 'enemigos' de la nación, sumando el comunismo a las amenazas ya señaladas por el gobierno: los inmigrantes indocumentados y el narcotráfico. En el frente migratorio, la administración ha intensificado las redadas y ha elevado el número de personas detenidas a niveles históricos. Según el Migration Policy Institute, la cifra de inmigrantes bajo custodia pasó de 39,000 a más de 61,000 para agosto de 2025, con proyecciones que podrían superar los 107,000 para enero de 2026. Este operativo se ha financiado con un presupuesto triplicado, convirtiendo a Estados Unidos en el país con el sistema de detención de extranjeros más grande del mundo. En el ámbito internacional, el Pentágono ha desplegado la mayor fuerza naval en el Caribe en décadas con el pretexto de combatir el narcotráfico.

Estas operaciones han resultado en al menos 76 muertes, aunque no se han presentado pruebas concluyentes que vinculen a las víctimas con cárteles.

Internamente, esta retórica bélica se combina con una agenda económica que, según el senador Lindsey Graham, aliado de Trump, consiste en 'matar a la gente correcta y recortar tus impuestos', en referencia a la reducción de impuestos para los más ricos y recortes a programas sociales. Analistas advierten que esta polarización recuerda al macartismo y amenaza con profundizar la división social.