Un Universo en Desaceleración: Estudio Cuestiona la Expansión Acelerada y el Rol de la Energía Oscura



Una investigación de la Universidad Yonsei en Corea del Sur, publicada en *Monthly Notices of the Royal Astronomical Society*, sugiere que el universo ha entrado en una fase de expansión desacelerada, contradiciendo la creencia de las últimas tres décadas de que se expande a un ritmo creciente. Este hallazgo pone en duda el modelo cosmológico estándar y la naturaleza de la energía oscura, la misteriosa fuerza que se creía responsable de alejar las galaxias y que constituye aproximadamente el 70% del universo. La teoría de la expansión acelerada fue reconocida con el Premio Nobel de Física en 2011. El equipo, liderado por el profesor Young-Wook Lee, basó sus conclusiones en un nuevo análisis de las supernovas tipo Ia, utilizadas como “candelas estándar” para medir distancias cósmicas. Los investigadores descubrieron un sesgo sistemático: la luminosidad de estas supernovas se ve afectada por la edad de sus estrellas progenitoras.
Las supernovas de poblaciones estelares más jóvenes son sistemáticamente más débiles, mientras que las de poblaciones más antiguas son más brillantes.
Este efecto fue confirmado con un nivel de confianza del 99.999% en una muestra de 300 galaxias anfitrionas. Al corregir este sesgo, los datos de las supernovas dejaron de coincidir con el modelo cosmológico estándar (ΛCDM). En cambio, se alinearon mejor con modelos derivados de datos del Dark Energy Spectroscopic Instrument (DESI), las oscilaciones acústicas bariónicas (BAO) y el fondo cósmico de microondas (CMB). La combinación de estos datos corregidos indica que la energía oscura evoluciona y se debilita con el tiempo, lo que lleva a la actual desaceleración del universo.
Según los investigadores, el modelo ΛCDM queda descartado con una “significancia abrumadora”.
La comunidad científica ha reaccionado con cautela.
Expertos como David Orozco, del Instituto de Astrofísica de Andalucía, calificaron el hallazgo como un potencial “terremoto científico”, pero subrayaron que debe ser sometido a una “crítica férrea” y confirmado por estudios adicionales.
Para obtener una prueba definitiva, el equipo está realizando una “prueba sin evolución” y espera los datos del Observatorio Vera C. Rubin en Chile, que podría proporcionar mediciones más precisas en los próximos cinco años.










