Queratopigmentación: La Peligrosa Moda de Cambiar el Color de Ojos que Impulsan los Famosos

La reciente transformación en la mirada de celebridades como Ninel Conde ha popularizado la queratopigmentación, un procedimiento quirúrgico permanente para cambiar el color de los ojos que, a pesar de su atractivo estético, conlleva serios riesgos para la salud visual.

La queratopigmentación es una técnica quirúrgica que modifica permanentemente el color de los ojos mediante un tatuaje en la córnea.

Originalmente desarrollada para corregir defectos visuales o cicatrices, su uso con fines estéticos ha ganado notoriedad gracias a figuras públicas como Ninel Conde, Alma Cero y Osmani García, quienes se han sometido a la intervención, generando curiosidad sobre su seguridad y costo.

El procedimiento, que dura aproximadamente 30 minutos, se realiza con anestesia en gotas.

Un oftalmólogo utiliza un láser de femtosegundo de alta precisión para crear un microtúnel circular dentro de la córnea, donde se inyecta un pigmento biocompatible que cubre el color natural del iris. Además de esta técnica, existen otras como el implante de iris de silicona y la despigmentación con láser, pero la mayoría de los especialistas las desaconsejan por sus altas complicaciones. El costo de la queratopigmentación es variable, con cifras que oscilan entre los 5,000 y 20,000 dólares (aproximadamente de 92,000 a más de 200,000 pesos mexicanos), dependiendo de la clínica y el país. A pesar de su creciente popularidad, la mayoría de las sociedades de oftalmología y especialistas, como el doctor Juan Álvarez de Toledo, se oponen firmemente a su aplicación en ojos sanos por motivos puramente cosméticos. Los riesgos asociados son graves e incluyen infecciones, glaucoma, pérdida de transparencia de la córnea, visión borrosa y, en el peor de los casos, la pérdida total de la vista. Además, el procedimiento es difícil o imposible de revertir por completo y podría complicar futuras cirugías oculares necesarias, como las de cataratas.

Los expertos consideran que los peligros de intervenir un ojo sano son "inasumibles" por una motivación estética.