Grieta en la Alianza Atlántica: Reino Unido Desafía a EE. UU. por Operaciones Letales en el Caribe



El gobierno del Reino Unido ha detenido el flujo de información de inteligencia hacia Estados Unidos concerniente a embarcaciones sospechosas de narcotráfico, en una acción que marca una ruptura significativa en la histórica alianza entre ambas naciones. La medida, revelada por la cadena CNN, se fundamenta en la negativa de Londres a “ser cómplice” de los ataques militares letales que Washington ha estado ejecutando desde septiembre, los cuales, según funcionarios británicos, violan el derecho internacional.
Durante años, el Reino Unido, que mantiene bases de inteligencia en varios territorios del Caribe, colaboró estrechamente con Estados Unidos.
Proporcionaba información clave para localizar buques sospechosos, permitiendo que la Guardia Costera estadounidense los interceptara.
Esta inteligencia se canalizaba a través del Grupo de Trabajo Interinstitucional Conjunto Sur (JITAS), con sede en Florida.
Sin embargo, la cooperación cambió drásticamente cuando la Casa Blanca ordenó ataques letales contra estas embarcaciones, lo que generó preocupación en el gobierno británico de que su información pudiera ser utilizada para seleccionar objetivos militares, resultando en la muerte de 76 personas. La decisión de suspender el intercambio de datos se tomó hace más de un mes, aunque se mantuvo en reserva para evitar una escalada diplomática. Para Londres, los ataques carecen de aprobación de organismos multilaterales y del consentimiento de los países afectados. Esta acción representa un golpe simbólico y práctico a la alianza de inteligencia “Five Eyes”, que también incluye a Canadá, Australia y Nueva Zelanda, siendo la primera vez que un miembro detiene unilateralmente el flujo de información hacia Washington.
Mientras la Casa Blanca no ha emitido una respuesta oficial, la postura británica es firme: la cooperación no se reanudará mientras las operaciones militares continúen sin una supervisión internacional. Este distanciamiento no solo debilita la capacidad de respuesta ante amenazas globales, sino que también posiciona al Reino Unido como un actor internacional con criterio propio tras el Brexit, sumándose a las críticas de otras naciones latinoamericanas y europeas contra la campaña militar estadounidense.









