Luis Linares Zapata: Mis elecciones
La elección del munícipe de Nueva York, en días pasados, deja aquí en México varias lecciones. Una, la principal, es que se puede triunfar a pesar de contrariar las muchas trampas y recursos del poderoso. Pero una, íntimamente relacionada con esa primera, es la que toca a la desmesurada avaricia de algunos cuantos banqueros, trastocada en autoritarismo; grandes fortunas incluso para el ya exagerado entorno local, no se diga a escala global. En esa reluciente ciudad se concentran otras muchas riquezas apiladas sobre la desaforada práctica especulativa, destacan los que bien pueden ser llamados barones del gran dinero. Dueños de empresas, especializadas en la compraventa de acciones en bolsa y mesas de divisas, sobresalen por el tamaño alcanzado y por la influencia que irradian en variadas direcciones.