AT&T también presentó problemas significativos de conectividad.

Las quejas se multiplicaron en redes sociales, donde las personas compartieron su frustración por no poder comunicarse con familiares o realizar sus actividades laborales.

La dependencia de la conectividad móvil para la vida diaria quedó patente, con historias de trabajadores aislados y familias preocupadas. Ambas compañías respondieron a través de sus canales digitales; AT&T comunicó que estaban tomando “las medidas necesarias para restablecer la comunicación lo antes posible”, mientras que Telcel ofreció atención personalizada a través de mensajes privados.

Tras varias horas de intermitencia, los servicios comenzaron a restablecerse de forma progresiva. Aunque las causas específicas de la caída no fueron detalladas por las operadoras, este tipo de incidentes subraya la vulnerabilidad de la infraestructura de telecomunicaciones del país y la necesidad de contar con sistemas de respaldo más robustos.