El acuerdo, confirmado por funcionarios de ambos países como Scott Bessent, secretario del Tesoro de EE. UU., y Li Chenggang, viceministro de Comercio chino, busca abordar las preocupaciones de seguridad nacional de Washington sobre el posible acceso del gobierno chino a los datos de millones de usuarios estadounidenses. Aunque los términos comerciales específicos del acuerdo entre las empresas privadas ya se habrían acordado, los detalles finales dependen de una reunión entre los presidentes Donald Trump y Xi Jinping. El presidente Trump celebró el consenso en su red social, afirmando que los jóvenes del país "estarán encantados". Por su parte, el viceministro chino declaró que el acuerdo es de "interés mutuo" y se basa en la cooperación. Este desenlace evita un veto que habría afectado a más de 150 millones de usuarios en EE.
UU. y alterado drásticamente el mercado publicitario digital.
Sin embargo, aún quedan incógnitas clave por resolver, como quién asumirá el control de la filial estadounidense y cómo se gestionará la tecnología del algoritmo de recomendación, un activo crucial que ByteDance se había negado a vender.