La inversión se produce en un contexto geopolítico en el que el gobierno de EE. UU. también ha adquirido una participación en Intel a través de la Ley CHIPS para fortalecer la soberanía tecnológica frente a China. Aunque no se confirmó si Nvidia utilizará los servicios de fundición de Intel, ya que depende mayoritariamente de TSMC, la posibilidad quedó abierta. Para Intel, la inyección de capital es un impulso crucial, mientras que para Nvidia, representa una jugada maestra para asegurar un socio de manufactura clave y ampliar su influencia en la industria.