Sin embargo, con la integración de su “Modo IA”, el buscador ahora ofrece resúmenes uniformes generados por un algoritmo, lo que reduce el incentivo para que los usuarios hagan clic en los enlaces originales. Esta “monopolización de las respuestas”, como la describe un analista, ha provocado una crisis en los medios de comunicación, que reportan pérdidas de tráfico de hasta un 40% o 50%. La ironía, señalan, es que después de años de adaptar sus estrategias de SEO a las reglas de Google, el cambio de paradigma amenaza su modelo de negocio basado en publicidad y suscripciones. Desde la perspectiva de Google, la intención es mejorar la experiencia del usuario ofreciendo respuestas más rápidas y eficientes, argumentando que los clics que sí se generan son de “mayor calidad”. No obstante, la preocupación principal no es solo económica, sino también la posible distorsión de la realidad al depender de una única fuente algorítmica que resume y filtra la información, desdibujando la frontera entre los hechos, la interpretación y la manipulación.