Fabricados en un proceso de 3 nanómetros, los nuevos procesadores representan un salto significativo respecto a la generación anterior. El modelo Extreme integra una CPU Oryon de tercera generación con hasta 18 núcleos y es el primer procesador ARM para portátiles en alcanzar una frecuencia de reloj de 5.0 GHz en modo Boost. Qualcomm asegura que esta CPU es hasta un 75% más rápida que la competencia, mientras que la nueva GPU Adreno ofrece un aumento de potencia gráfica de 2.3 veces en desempeño por vatio. Un componente clave es la NPU (Unidad de Procesamiento Neuronal) Hexagon, que con 80 TOPS (billones de operaciones por segundo) se posiciona como la más rápida del mundo para laptops, superando a competidores como AMD. Esta capacidad está diseñada para ejecutar tareas de inteligencia artificial de manera local y eficiente, en línea con las funciones de Copilot+ de Microsoft. A pesar de este aumento de potencia, Qualcomm enfatiza la eficiencia, afirmando que los chips consumen hasta un 43% menos de energía que sus predecesores. Esta combinación de alto rendimiento y bajo consumo es la estrategia de Qualcomm para competir con los procesadores x86 de Intel y los chips de Apple, buscando consolidar la arquitectura ARM en el ecosistema de Windows. Las primeras laptops con estos procesadores se esperan para la primera mitad de 2026.