Esta pantalla no es meramente estética; permite visualizar notificaciones, controlar aplicaciones y actuar como visor para selfies con la cámara principal.

Xiaomi incluso ha diseñado una funda con controles físicos que convierte el dispositivo en una consola portátil.

En su interior, el teléfono está impulsado por el Snapdragon 8 Elite Gen 5, acompañado de hasta 16 GB de RAM y 1 TB de almacenamiento, y corre bajo el sistema operativo HyperOS 3, basado en Android 16. Otro hito es su batería de 7,500 mAh, una de las más grandes en un smartphone de gama alta, con carga rápida de 100W. El sistema fotográfico, desarrollado en colaboración con Leica, consta de cuatro cámaras de 50 megapíxeles. Con un precio inicial en China de aproximadamente 840 dólares, Xiaomi se posiciona agresivamente en el segmento premium, aunque se reporta que los modelos con pantalla trasera podrían ser exclusivos del mercado chino.