Una vez autenticado, el sistema intentará localizar el dispositivo en tiempo real y mostrará su ubicación en un mapa.

Para que esto funcione, es crucial que el teléfono tenga conexión a internet (ya sea datos móviles o Wi-Fi) y la función de GPS activada. Si el dispositivo está apagado o sin conexión, la plataforma mostrará la última ubicación registrada.

Una vez localizado, Google ofrece tres acciones principales.

La primera es 'Reproducir sonido', que hace que el teléfono suene a todo volumen durante cinco minutos, incluso si estaba en modo silencioso, facilitando su hallazgo si se encuentra cerca. La segunda opción es 'Bloquear dispositivo', que permite asegurar el teléfono con el PIN, patrón o contraseña actual y mostrar un mensaje personalizado en la pantalla de bloqueo con un número de contacto. La tercera y más drástica es 'Borrar datos del dispositivo', una medida irreversible que elimina toda la información del teléfono y se recomienda solo si se considera que no será posible recuperarlo. Para garantizar la efectividad de esta herramienta, es fundamental que los usuarios activen previamente 'Encontrar mi dispositivo' en los ajustes de seguridad de su teléfono.