Este lanzamiento representa un desafío directo al dominio de Google Chrome y marca un punto de inflexión en la forma en que los usuarios podrían interactuar con internet, con versiones planeadas para Windows, iOS y Android.

ChatGPT Atlas busca transformar la navegación web en una experiencia conversacional e inteligente.

A diferencia de los navegadores tradicionales, Atlas no solo muestra resultados de búsqueda, sino que actúa como un “superasistente” que acompaña al usuario en cualquier sitio web.

Su interfaz, aunque familiar y basada en Chromium, incorpora una barra lateral permanente donde ChatGPT puede resumir contenido, analizar datos o incluso redactar correos electrónicos sin necesidad de cambiar de pestaña. Una de sus funciones más ambiciosas es el “modo agente”, disponible para suscriptores de pago, que permite a la IA ejecutar tareas complejas de forma autónoma, como planificar un viaje o realizar compras en línea. Según Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, la IA ofrece “una oportunidad que aparece una vez por década para replantear lo que significa usar un navegador”. El sistema también cuenta con una función de “memoria” opcional que recuerda el contexto de sitios visitados para personalizar la asistencia. La reacción del mercado fue inmediata, con una caída en las acciones de Alphabet, la empresa matriz de Google, tras el anuncio. Sin embargo, el lanzamiento no ha estado exento de problemas; un experto en ciberseguridad identificó una vulnerabilidad de “inyección de portapapeles” que podría permitir a sitios maliciosos robar credenciales de los usuarios, destacando los nuevos desafíos de seguridad que enfrentan los navegadores con capacidades autónomas.