La lista de servicios afectados fue extensa, abarcando desde redes sociales y herramientas de IA hasta plataformas de videojuegos como League of Legends, servicios de streaming y sitios de comercio electrónico. La magnitud del impacto fue tal que incluso Downdetector, el portal utilizado para reportar caídas, quedó temporalmente fuera de servicio.

Este episodio generó comparaciones inmediatas con la crisis de CrowdStrike en 2024, cuando una actualización defectuosa paralizó sistemas Windows en todo el mundo. Ambos eventos exponen un riesgo sistémico: la creciente dependencia de un número reducido de empresas que actúan como la “columna vertebral” de internet. Especialistas advierten que, aunque la centralización ofrece eficiencia, un solo punto de falla puede desencadenar un efecto dominó con consecuencias económicas y operativas a escala global.

Cloudflare logró restablecer sus servicios tras varias horas, pero el incidente dejó una lección clara sobre la necesidad de construir una red más resiliente y diversificada.