Apple ha puesto un fuerte énfasis en el diseño y los materiales en su nueva línea de iPhones, con el iPhone Air marcando un hito por su delgadez extrema y los modelos Pro adoptando un nuevo chasis de aluminio con un sistema de refrigeración avanzado. El diseño de la nueva generación de iPhones sigue dos filosofías distintas. Por un lado, el iPhone Air se centra en la estética minimalista, logrando un grosor de solo 5.6 mm gracias a un chasis de titanio y un rediseño interno completo. Este modelo presenta un módulo de cámara horizontal que se extiende a lo ancho del dispositivo, una clara desviación del diseño tradicional de Apple.
Por otro lado, los modelos iPhone 17 Pro y Pro Max priorizan el rendimiento sobre la elección de materiales premium. Sorprendentemente, Apple abandonó el titanio de la generación anterior para volver a un cuerpo de aluminio, una decisión justificada por la necesidad de integrar un sistema de refrigeración por cámara de vapor. Este sistema, soldado con láser al chasis, está diseñado para disipar el calor de manera más eficiente durante tareas intensivas como juegos o grabación en 8K.
Toda la gama está protegida por el nuevo Ceramic Shield 2, que promete ser tres veces más resistente a los arañazos. El módulo de cámara de los modelos Pro también fue rediseñado, ahora ocupando toda la parte superior trasera, lo que refleja su enfoque en la fotografía profesional. Estos cambios demuestran que Apple está dispuesto a adaptar sus decisiones de diseño y materiales para cumplir objetivos específicos, ya sea la portabilidad extrema o la gestión térmica de alto rendimiento.
En resumenLa evolución del diseño en la línea iPhone 2025 muestra un enfoque dual: el iPhone Air persigue la máxima delgadez y elegancia con su chasis de titanio, mientras que los modelos Pro optan por un diseño funcional en aluminio que prioriza la refrigeración y el rendimiento, incluso si esto significa un cambio en los materiales percibidos como premium.