Por otro lado, los modelos iPhone 17 Pro y Pro Max priorizan el rendimiento sobre la elección de materiales premium. Sorprendentemente, Apple abandonó el titanio de la generación anterior para volver a un cuerpo de aluminio, una decisión justificada por la necesidad de integrar un sistema de refrigeración por cámara de vapor. Este sistema, soldado con láser al chasis, está diseñado para disipar el calor de manera más eficiente durante tareas intensivas como juegos o grabación en 8K.

Toda la gama está protegida por el nuevo Ceramic Shield 2, que promete ser tres veces más resistente a los arañazos. El módulo de cámara de los modelos Pro también fue rediseñado, ahora ocupando toda la parte superior trasera, lo que refleja su enfoque en la fotografía profesional. Estos cambios demuestran que Apple está dispuesto a adaptar sus decisiones de diseño y materiales para cumplir objetivos específicos, ya sea la portabilidad extrema o la gestión térmica de alto rendimiento.