Este procesador no solo representa un salto incremental en velocidad, sino que su eficiencia energética y sus capacidades de inteligencia artificial son fundamentales para habilitar las características más innovadoras de los dispositivos.

Diseñado por Apple, el A19 Pro es crucial para el rendimiento sostenido de los nuevos teléfonos. En el caso del iPhone 17 Pro, el chip trabaja en conjunto con una cámara de vapor y un chasis de aluminio para mantener el dispositivo hasta 10 grados más fresco bajo cargas intensas, solucionando los problemas de sobrecalentamiento de generaciones anteriores. En el iPhone Air, a pesar de la falta de un sistema de refrigeración activo, la arquitectura del chip y su ubicación en una “meseta” interna permiten una disipación de calor eficiente, logrando una autonomía sorprendente para un dispositivo de su delgadez. John Ternus, vicepresidente de Ingeniería de Hardware de Apple, afirmó que productos como el iPhone Air “no habríamos sido capaces de hacerlo” sin la eficiencia de los procesadores Apple Silicon. El A19 Pro cuenta con una CPU de seis núcleos y una GPU de seis núcleos (cinco en el Air), además de un Neural Engine de 16 núcleos que potencia las funciones de Apple Intelligence directamente en el dispositivo, garantizando velocidad y privacidad. Su rendimiento en benchmarks lo posiciona como el líder del mercado móvil, pero su verdadero valor reside en cómo optimiza la experiencia del usuario, desde la fluidez de la interfaz hasta la duración de la batería.