Según analistas como Mark Gurman, el diseño del dispositivo plegable estaría fuertemente influenciado por el nuevo iPhone Air, sugiriendo que sería como “dos iPhone Air” unidos, manteniendo un perfil delgado incluso cuando está cerrado.
Esta delgadez es una tendencia clave en el mercado de plegables, donde competidores como Samsung han reducido drásticamente el grosor de sus dispositivos. Apple también estaría trabajando en una bisagra que haga el pliegue central casi imperceptible. Para potenciar el dispositivo, se espera que incorpore el primer procesador de Apple fabricado en un proceso de 2 nanómetros, asegurando un alto rendimiento sin comprometer la eficiencia. El principal obstáculo para los consumidores podría ser el precio.
Gurman lo describe como “ridículamente caro”, estimando un costo de “al menos 2,000 dólares”, una cifra similar a la de sus competidores directos. El iPhone plegable no se perfila como un producto de masas, sino como una declaración de intenciones tecnológicas para competir en un segmento del mercado en el que Apple aún no participa.