Esta mejora se logra gracias a nuevos micrófonos y un rediseño de las almohadillas, que ahora combinan espuma y silicona para un mejor sellado pasivo.

El diseño del auricular también ha sido ajustado para ofrecer mayor estabilidad, haciéndolos más adecuados para actividades deportivas.

En cuanto a la calidad de sonido, aunque no hay cambios drásticos, la mejora en el aislamiento permite una experiencia más inmersiva. Una de las novedades más destacadas es la incorporación de un sensor de frecuencia cardíaca, que permite registrar el pulso durante los entrenamientos directamente desde los auriculares, una función útil para quienes no poseen un Apple Watch. Otra característica prometedora es la 'Traducción en vivo', que utiliza Apple Intelligence para traducir conversaciones en tiempo real, aunque su disponibilidad en la Unión Europea está pendiente de aprobación regulatoria. La autonomía también ha mejorado, ofreciendo hasta 8 horas de reproducción con una sola carga, dos más que la generación anterior.

Los análisis coinciden en que, si bien el salto desde los AirPods Pro 2 puede no ser indispensable para todos, la actualización es muy recomendable para usuarios de modelos anteriores.