Esta actualización está recomendada para todos los usuarios, ya que aborda fallos que afectaban la experiencia diaria en los dispositivos compatibles.
La actualización, con un peso cercano a 1 GB, indica una cantidad considerable de correcciones internas más allá de las enumeradas oficialmente. Entre los problemas solucionados se encuentran fallos de conectividad que provocaban la desactivación intermitente de Wi-Fi y Bluetooth, particularmente en los nuevos modelos iPhone 17 y iPhone Air, así como un error que impedía a algunos usuarios conectarse a la red de datos móviles. También se han corregido defectos visuales en la cámara de los iPhone 17, que generaban manchas o bandas bajo ciertas condiciones de luz. Otros ajustes menores incluyen la solución a un problema que mostraba iconos de aplicaciones en blanco al aplicarles un color personalizado y la restauración de la función de accesibilidad VoiceOver, que se desactivaba inesperadamente. A nivel técnico, la actualización incluye un nuevo firmware del módem, lo que explica la mejora en la estabilidad de las conexiones. Los usuarios que han instalado la versión han reportado un mejor rendimiento general, con una notable reducción del sobrecalentamiento del dispositivo al realizar tareas simples y una mayor fluidez en las animaciones y el desplazamiento. Además, se ha solucionado el comportamiento errático del teclado, que en ocasiones se quedaba “atascado” o no respondía con precisión.
Esta versión también incluye un importante parche de seguridad que cierra una vulnerabilidad en FontParser (CVE-2025-43400), que podría permitir la ejecución de código malicioso. Esta actualización sirve como una base estable antes de la llegada de iOS 26.1 en octubre, que ya se encuentra en beta pública y promete mayores optimizaciones de rendimiento y batería.













