Millones de usuarios con dispositivos antiguos, como el iPhone 11 y 12, han encontrado en esta generación el incentivo para renovar sus equipos. El iPhone 17 estándar ha sido un catalizador clave, al incorporar por primera vez características antes reservadas para la gama Pro, como una pantalla ProMotion de 120 Hz y un sistema de doble cámara de 48 megapíxeles. Este salto cualitativo ha hecho que, por primera vez en años, el modelo base sea percibido como una actualización sustancial y no solo como una mejora incremental.
La fuerte demanda se refleja en los largos plazos de entrega en la tienda en línea de Apple y la escasez de unidades en tiendas físicas. En respuesta, la compañía ha tenido que aumentar la producción de los modelos iPhone 17, 17 Pro y 17 Pro Max entre un 30% y un 40%.
La única excepción a este éxito ha sido el iPhone Air, cuyo entusiasmo inicial por su delgadez no se ha traducido en ventas masivas, mostrando disponibilidad inmediata desde su lanzamiento.
Este ciclo de ventas robusto ha llevado a los analistas a elevar el precio objetivo de las acciones de Apple y a revisar al alza las previsiones de ingresos para 2026, anticipando un crecimiento sostenido incluso antes de considerar el impacto del futuro iPhone plegable.













