Esta medida ha generado controversia, ya que, a diferencia de los cargadores de iPhone que son más comunes, un adaptador de 70 W para un portátil no es algo que la mayoría de los usuarios tenga en casa, a menos que ya posean otro MacBook reciente. Quienes necesiten comprarlo por separado deberán afrontar un costo adicional, que en España es de 65 euros. Existe también el riesgo de que usuarios menos informados intenten cargar el portátil con un adaptador de baja potencia, como el de un iPhone, lo que resultaría en una carga extremadamente lenta y una experiencia frustrante. Aunque el precio base del nuevo MacBook Pro ha sido ligeramente reducido en Europa, la suma del costo del cargador podría dejar el precio final en un nivel similar al de la generación anterior.