Aunque parece tratarse de un lote defectuoso y no un problema generalizado, Apple está reemplazando las unidades afectadas sin costo bajo la garantía. El problema, que afecta exclusivamente a las unidades de color naranja, parece originarse en un defecto en el proceso de anodizado del aluminio, donde el tintado no se habría aplicado o sellado correctamente. Esto provoca que, con el paso de las semanas, el color naranja se degrade hasta adquirir una tonalidad rosada. Las redes sociales y foros se han convertido en el principal altavoz de los afectados, aunque los informes sugieren que se trata de una "minoría ruidosa" y no de un fallo masivo que afecte a la mayoría de los propietarios de este modelo. Este fenómeno de "maquillaje" de dispositivos no es nuevo; de hecho, ha resurgido una tendencia en la que usuarios modifican sus iPhones de generaciones anteriores con carcasas o vinilos para que se parezcan estéticamente al nuevo diseño del iPhone 17 Pro. Sin embargo, en el caso del defecto de color, la respuesta de Apple ha sido contundente. La compañía está reemplazando los teléfonos defectuosos por unidades nuevas sin poner objeciones, amparándose en la garantía legal del producto, que en países como España es de tres años.

Si el problema se generalizara, Apple podría abrir un programa de reemplazo específico, como ha hecho en el pasado con otros defectos de fabricación.