Esta nueva generación de silicio impulsa las versiones actualizadas del MacBook Pro, iPad Pro y Vision Pro, consolidando la apuesta de la compañía por la inteligencia artificial procesada localmente. El M5, fabricado en un proceso de 3 nanómetros de tercera generación, representa un salto significativo en la arquitectura de Apple Silicon. Con una CPU de hasta 10 núcleos y una GPU de 10 núcleos que incluye aceleradores neuronales dedicados, el chip está diseñado para optimizar las tareas de IA, logrando un rendimiento hasta 3.5 veces superior al del M4. Las pruebas de rendimiento iniciales, como las de Geekbench 6, lo posicionan como el procesador con el rendimiento mononúcleo más rápido del mundo, superando a todos sus competidores y acercándose en multinúcleo al M1 Ultra de 20 núcleos. Este avance redefine la propuesta de valor de los modelos base de Apple, que ahora ofrecen una potencia que antes estaba reservada para las configuraciones más costosas. En dispositivos como el nuevo MacBook Pro de 14 pulgadas, el M5 permite una fluidez instantánea en aplicaciones profesionales como Final Cut Pro y DaVinci Resolve, manteniendo una eficiencia térmica que rara vez activa los ventiladores. De manera similar, el iPad Pro con M5 no solo hereda esta potencia, sino que también aumenta la memoria RAM en sus configuraciones de entrada, convirtiéndolo en una estación de trabajo portátil aún más capaz. Este nivel de rendimiento en los modelos de entrada plantea un "problema maravilloso" para los consumidores, quienes ahora pueden acceder a una capacidad de nivel profesional sin necesidad de invertir en las variantes Pro o Max, redefiniendo las expectativas del mercado.