Este enfrentamiento no solo es una batalla de especificaciones, sino un choque entre dos filosofías de ecosistema: una abierta y colaborativa frente a una cerrada y controlada.

Samsung ha posicionado sus Galaxy XR como una alternativa directa a las Apple Vision Pro, atacando sus puntos más sensibles: el precio y el peso. Con un costo de 1,799 dólares, las Galaxy XR son significativamente más asequibles que los 3,499 dólares de las nuevas Vision Pro M5. Además, su peso de 545 gramos contrasta con los casi 800 gramos del dispositivo de Apple, una diferencia clave para el confort en usos prolongados. La estrategia de Samsung se basa en una alianza con Google y Qualcomm, dando vida a la plataforma abierta Android XR, que integra el asistente de IA Gemini a nivel de sistema. Esto permite que Gemini procese lo que el usuario ve y escucha, mayormente en la nube de Google, una filosofía opuesta a la de Apple, que prioriza el procesamiento local en el dispositivo con Apple Intelligence para garantizar la privacidad. Técnicamente, las Vision Pro M5 siguen siendo superiores en potencia gracias al chip M5, calidad de materiales (aluminio y vidrio frente al plástico de Samsung) e integración con el ecosistema de Apple. Sin embargo, las Galaxy XR presumen de una resolución de pantalla ligeramente superior y un ecosistema de aplicaciones potencialmente más amplio desde el inicio, al ser compatibles con el catálogo de Android. Este lanzamiento valida la visión de Apple sobre la computación espacial, pero introduce una competencia real que podría democratizar el acceso a esta tecnología.