La expectativa era tan alta que una encuesta reveló que era la característica más esperada del nuevo modelo.

Sin embargo, el proyecto se desmoronó.

La producción resultó ser extremadamente compleja y costosa, con tasas de rendimiento de apenas el 25%. Esto llevó a Apple a retener un pago final de 139 millones de dólares, lo que provocó que GT Advanced Technologies se declarara en quiebra en octubre de 2014. Apple perdió gran parte de su inversión y tuvo que reconvertir la planta de producción en un centro de datos. A pesar de este revés, Apple no abandonó la búsqueda de materiales innovadores. Desde 2010, la compañía ha mantenido los derechos exclusivos de Liquidmetal, una aleación más dura que el acero y resistente a la corrosión. Aunque su único uso hasta ahora ha sido para fabricar el pincho extractor de la SIM, los rumores sugieren que podría ser el material clave para la bisagra del futuro iPhone plegable, donde su resistencia a la flexión repetida sería ideal.