Esta medida se alinea con el compromiso de la compañía de invertir 600 mil millones de dólares en producción local y reducir su dependencia de las cadenas de suministro asiáticas. Los nuevos servidores, que utilizan silicio diseñado por la propia Apple, son una pieza fundamental para potenciar los servicios de Apple Intelligence y Private Cloud Compute de la compañía. Según Sabih Khan, director de operaciones de Apple, los equipos de la empresa lograron poner en marcha la nueva fábrica antes de lo previsto y planean expandir las instalaciones para aumentar la producción el próximo año. La decisión de ensamblar estos componentes críticos en territorio estadounidense responde tanto a una estrategia de diversificación de su cadena de suministro como a un gesto de alineación con las políticas del gobierno de Estados Unidos, que ha instado a las grandes tecnológicas a aumentar la fabricación local. Anteriormente, los servidores de Apple se fabricaban en el extranjero. Esta nueva operación en Houston está proyectada para crear miles de empleos, reforzando el impacto económico de la compañía en el país y asegurando una infraestructura clave para el futuro de sus servicios de inteligencia artificial.