Esta decisión obliga a la compañía a reconsiderar su estrategia para el “cuarto modelo” de su portafolio y reajustar su calendario de producción y lanzamientos futuros. El iPhone Air de primera generación, lanzado hace apenas dos meses, no ha logrado captar el interés del mercado, con una demanda descrita como “prácticamente inexistente” según encuestas de mercado. Como consecuencia, Apple ha reducido drásticamente la producción, y sus socios de manufactura, como Foxconn y Luxshare, han comenzado a desmantelar las líneas de ensamblaje. El fracaso comercial se atribuye a los compromisos de diseño del dispositivo; para lograr su perfil ultrafino de 5.6 mm, se sacrificaron aspectos clave como la capacidad de la batería y se incluyó una sola cámara trasera. Además, su precio de 999 dólares, solo 100 dólares menos que el iPhone 17 Pro, no ofreció un diferenciador suficiente para convencer a los consumidores, quienes han preferido los modelos Pro, considerados más potentes y completos. Este revés se suma a los resultados modestos de las líneas “mini” y “Plus” en años anteriores, evidenciando la dificultad de Apple para consolidar un cuarto modelo exitoso en su gama. Mientras el proyecto del iPhone Air 2 queda en pausa, Apple planea concentrarse en su próxima línea iPhone 18, que incluirá los modelos Pro y Pro Max, además de un esperado iPhone plegable en otoño de 2026, mientras que el iPhone 18 estándar se retrasaría hasta la primavera de 2027, fecha en la que podría reaparecer una hipotética segunda generación del iPhone Air.