Apple ha declarado su desacuerdo con el veredicto y planea apelar, argumentando que la patente en cuestión expiró en 2022 y se refiere a una tecnología antigua. Este fallo se suma a una batalla legal más amplia que ya tuvo consecuencias significativas en 2023, cuando la ITC bloqueó las importaciones de los Apple Watch Series 9 y Ultra 2. Para eludir la prohibición, Apple eliminó la funcionalidad de medición de oxígeno en sangre de los dispositivos vendidos en Estados Unidos. Sin embargo, en agosto, la compañía reintrodujo una versión actualizada de la tecnología con la aprobación de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, lo que llevó a Masimo a demandar a dicha oficina y a la ITC a abrir una nueva investigación para determinar si los relojes rediseñados siguen infringiendo las patentes y deben ser nuevamente prohibidos.