La implementación inicial de esta característica es exclusiva para la serie Pixel 10 de Google, aunque la compañía ha confirmado su intención de expandirla a más dispositivos Android en los próximos meses. Este avance se enmarca en una tendencia más amplia de interoperabilidad, impulsada en parte por la presión regulatoria de entidades como la Unión Europea, y se suma a otros esfuerzos conjuntos como la adopción del protocolo RCS y las alertas de rastreadores desconocidos.