La inminente revisión del T-MEC en 2026 y la persistente amenaza de aranceles por parte de la administración de Donald Trump han generado un clima de incertidumbre que está paralizando decisiones de inversión a largo plazo en México. Empresas de sectores clave como el automotriz y de autopartes han puesto en pausa nuevos proyectos a la espera de mayor claridad en las reglas comerciales, lo que se refleja en una caída de la inversión extranjera. La agencia calificadora Moody's señaló que las reformas judiciales en México, sumadas a la incertidumbre regulatoria, deterioran el Estado de Derecho y socavan la planificación empresarial, especialmente entre inversionistas extranjeros. La confianza empresarial sigue paralizada mientras se espera la renegociación del tratado.
Expertos coinciden en que ninguna empresa invertirá a largo plazo sin conocer el futuro del T-MEC, cuyas negociaciones comenzarán en octubre.
El proteccionismo de EE. UU. amenaza con modificar radicalmente el acuerdo, con posibles aranceles de hasta el 30% y presiones para que México modifique su andamiaje en sectores como energía. La Industria Nacional de Autopartes (INA) ha indicado que, aunque el sector automotriz capta el 37% de la inversión por relocalización, muchos nuevos proyectos están en espera. Sin embargo, la INA vislumbra una nueva ola de inversiones, un “nearshoring 2.0”, hacia 2027, una vez que se disipe la incertidumbre y se definan las nuevas reglas comerciales, especialmente para empresas asiáticas que buscarán manufacturar en México.
En resumenLa falta de certeza sobre el futuro del T-MEC y las políticas arancelarias de EE. UU. ha creado un ambiente de cautela que frena la inversión en México. La resolución de estas tensiones comerciales es crucial para desbloquear el potencial de crecimiento y aprovechar las oportunidades de relocalización.