La propuesta fiscal busca incrementar los ingresos sin crear nuevos impuestos generales.

En el caso de las bebidas saborizadas, se plantea casi duplicar la cuota, pasando de 1.61 a 3.08 pesos por litro, incluyendo aquellas con edulcorantes no calóricos. Para los tabacos labrados, la tasa *ad valorem* aumentaría de 160% a 200%, y se incorporarán nuevos productos con nicotina. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) justifica estas medidas por los altos costos de atención médica derivados de enfermedades como la obesidad y la diabetes, asociadas al consumo de estos productos. Se estima que la recaudación por estos gravámenes será de 41 mil millones de pesos en 2026.

Adicionalmente, se propone un impuesto del 8% a videojuegos clasificados como violentos y un aumento del 30% al 50% sobre las apuestas.

Esta estrategia fiscal ha generado un debate sobre su posible impacto en la economía familiar, al encarecer productos de consumo masivo, aunque el gobierno asegura que los recursos se destinarán directamente a fortalecer el sistema de salud.