La incertidumbre también ha afectado a otras empresas del sector. La llantera Pirelli, en medio de un panel laboral en el marco del T-MEC, argumentó junto a su sindicato la necesidad de un incremento salarial moderado debido a la “situación adversa por la aplicación de aranceles por parte de Estados Unidos”. De manera similar, la empresa de fundición Ironcast, en Frontera, Coahuila, redujo su producción en un 35% y ajustó su jornada laboral ante la caída de pedidos, situación que su director vinculó directamente a la indefinición de las políticas comerciales estadounidenses.

El efecto se extiende a la economía regional. La actividad industrial en Puebla, por ejemplo, registró una caída del 6%, siendo las manufacturas el sector más afectado con un descenso del 7.6%, un fenómeno que se atribuye a las políticas proteccionistas. En general, la industria automotriz mexicana es descrita como en un estado de “intermitencia por la incertidumbre arancelaria”, lo que debilita la confianza del consumidor y frena la demanda interna de vehículos nuevos.