El arancel propuesto impactaría a una amplia gama de marcas.
Firmas chinas como MG, Changan, JAC, Chirey y BYD, que han ganado una cuota de mercado significativa gracias a sus precios competitivos, verían sus modelos encarecidos.
Por ejemplo, un BYD Dolphin Mini, que se vende por alrededor de 399,800 pesos, podría ver su precio aumentar considerablemente.
La medida también afectaría a fabricantes tradicionales que importan vehículos desde China, como General Motors, que trae modelos como el Aveo y la Captiva, y Tesla, cuyos modelos Model 3 y Model Y vendidos en México desde mediados de 2023 se fabrican en Shanghái.
Según analistas, Tesla y BYD serían los “mayores perdedores” de esta política.
En contraste, un decreto de 2003 protegería a General Motors, Ford y Stellantis, ya que les permite importar un porcentaje de vehículos libres de aranceles desde países sin tratado comercial debido a que tienen plantas de producción en México. La medida es vista por algunos como una “salvación” para Volkswagen, que enfrenta una fuerte competencia de las unidades más baratas provenientes de China.













