La Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA) también expresó su preocupación por las consecuencias para la industria. Por su parte, la presidenta Claudia Sheinbaum minimizó el impacto económico, defendió las políticas aeroportuarias de México como una decisión de “protección civil” y afirmó desconocer las razones de fondo de la medida. Aunque la empresa conjunta se disolverá, Delta mantendrá su participación accionaria del 20% en Aeroméxico, y los acuerdos de código compartido y programas de lealtad seguirán vigentes.