La industria refresquera, representada por MexBeb, se sumó a las críticas, calculando que los precios al consumidor podrían subir entre un 10% y un 15%, afectando desproporcionadamente a los hogares de menores ingresos y poniendo en riesgo 150,000 empleos en la cadena productiva. Los organismos coinciden en que experiencias pasadas, como el IEPS de 2014, no lograron reducir el consumo y, en cambio, fomentaron la informalidad y la evasión fiscal.