La propuesta del gobierno federal de incrementar significativamente el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a bebidas saborizadas y tabacos en el Paquete Económico 2026 ha encendido las alarmas en el sector del pequeño comercio. La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) y el Consejo Nacional de la Industria Tabacalera (Conainta) advierten que la medida podría generar un “efecto dominó” con consecuencias negativas para la economía formal y los negocios familiares. El plan fiscal contempla un aumento de más del 30% al IEPS sobre cigarros, lo que se traduciría en un alza de al menos 20 pesos por cajetilla.
Para las bebidas saborizadas, el incremento podría llegar hasta un 87%.
Según la ANPEC, esta alza impositiva pone en riesgo a más de 60,000 puntos de venta en el país, lo que significaría la pérdida de 120,000 autoempleos.
Cuauhtémoc Rivera, presidente del organismo, explicó que los ingresos de las “tienditas” podrían caer entre un 15% y un 20%, ya que estos productos actúan como un “gancho” para otras compras.
La industria tabacalera comparte esta preocupación, afirmando que el aumento de precios incentivará el mercado negro. Actualmente, se estima que una de cada cinco cajetillas vendidas en México es ilegal, y Conainta proyecta que el comercio ilícito podría crecer hasta un 50% del mercado, generando pérdidas fiscales de hasta 15 mil millones de pesos anuales. Ambas organizaciones recuerdan la experiencia del impuesto a refrescos de 2014, que, según afirman, no logró reducir el consumo de manera significativa pero sí afectó la rentabilidad de los pequeños negocios.
En resumenEl propuesto aumento del IEPS a refrescos y cigarros es visto por comerciantes e industria como una amenaza directa a la economía de miles de negocios familiares. Advierten que, en lugar de mejorar la salud pública, la medida podría fomentar el comercio ilícito, reducir las ventas formales y provocar el cierre de miles de “tienditas”, afectando la recaudación fiscal y el empleo a nivel nacional.