“En nuestra planta se ha hecho un esfuerzo para incrementar el contenido regional, pero alcanzar la cuota impuesta por el acuerdo comercial es el reto más importante que enfrentamos este año”, declaró Martínez.

El desafío no es solo localizar más proveedores, sino asegurar que los componentes, especialmente los de alto valor como motores y transmisiones, también cumplan con las reglas de origen. A diferencia de otras armadoras, la planta de Puebla es la única de Audi en Norteamérica, lo que limita sus opciones para mitigar el impacto del arancel. La compañía ahora pone sus esperanzas en la renegociación del T-MEC en 2026 y busca atraer la producción de un modelo eléctrico a Puebla como estrategia a largo plazo.