La industria textil y de la confección en México opera a solo el 60% de su capacidad instalada, una situación crítica atribuida al impacto de las importaciones de productos chinos y de otros países asiáticos que ingresan al país mediante prácticas comerciales desleales. Ante esta problemática, el gobierno mexicano ha respondido con un aumento de aranceles de hasta el 50% sobre 706 fracciones arancelarias de este sector, una medida que la industria espera que impulse la producción nacional. Rafael Zaga Saba, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Textil (Canaintex), alertó que la producción nacional de telas y prendas de vestir acumula más de diez trimestres con cifras negativas. Según Zaga Saba, el sector se ha visto afectado por la competencia desleal no solo de China, sino también de India, Indonesia, Tailandia y Turquía.
La nueva política arancelaria, sin embargo, genera optimismo.
"Se espera un repunte en la producción y recuperar parte de la capacidad desaprovechada", destacó, añadiendo que no descarta que "las fábricas operen a 100% de su capacidad en el muy cercano futuro". Para que la medida sea efectiva, la industria considera crucial que la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM) asegure que ningún producto ingrese al país sin pagar los impuestos correspondientes, evitando la subvaluación o el contrabando técnico. En Puebla, la Comisión de Desarrollo Económico del Congreso local también ha aprobado un exhorto para que se impulsen programas de apoyo y capacitación para fortalecer a la industria textil, reconociendo su pérdida de competitividad y su importancia como patrimonio cultural.
En resumenLa industria textil mexicana enfrenta una severa crisis, operando muy por debajo de su potencial debido a la competencia desleal de importaciones asiáticas. El reciente aumento de aranceles por parte del gobierno es visto por el sector como una medida crucial para recuperar la producción, proteger empleos y nivelar el campo de juego comercial.