El gobierno de Estados Unidos, bajo la administración del presidente Donald Trump, anunció la imposición de una nueva ronda de aranceles a una amplia gama de productos importados, incluyendo fármacos, camiones de carga y muebles. La medida, que entrará en vigor el 1 de octubre, busca proteger a los fabricantes nacionales pero ha generado una fuerte reacción y preocupación en la economía global y en socios comerciales clave como México. La política proteccionista establece aranceles de hasta el 100% sobre medicamentos de marca de empresas sin plantas en Estados Unidos, 25% sobre camiones pesados y tasas del 30% al 50% para diversos tipos de muebles. El presidente Trump justificó la decisión como una forma de proteger a la industria estadounidense de lo que describió como “competencia extranjera desleal”. El anuncio tuvo un impacto inmediato en los mercados; por ejemplo, las acciones de Paccar Inc., propietaria de las marcas de camiones Peterbilt y Kenworth, subieron un 5.7% tras conocerse la noticia.
La medida afecta a una industria ya presionada por gravámenes previos al acero y aluminio.
En 2024, Estados Unidos importó cerca de 245 mil camiones medianos y pesados, un comercio valorado en más de 20 mil millones de dólares, y aproximadamente 25.5 mil millones de dólares en muebles, con Vietnam y China como principales proveedores. Los defensores de la medida, como la Coalición por una América Próspera, la calificaron como una “gran victoria para los trabajadores estadounidenses”, mientras que la industria farmacéutica global ha comenzado a reaccionar, acelerando inversiones en manufactura dentro de Estados Unidos para mitigar los efectos.
En resumenLa imposición de aranceles por parte de EE. UU. a sectores estratégicos como el farmacéutico, de camiones y muebles, busca fortalecer su industria interna. Sin embargo, esta medida proteccionista ha generado incertidumbre económica global y ha provocado reacciones tanto de los mercados como de las industrias afectadas, que ahora buscan adaptar sus cadenas de suministro.