La medida afecta a una industria ya presionada por gravámenes previos al acero y aluminio.

En 2024, Estados Unidos importó cerca de 245 mil camiones medianos y pesados, un comercio valorado en más de 20 mil millones de dólares, y aproximadamente 25.5 mil millones de dólares en muebles, con Vietnam y China como principales proveedores. Los defensores de la medida, como la Coalición por una América Próspera, la calificaron como una “gran victoria para los trabajadores estadounidenses”, mientras que la industria farmacéutica global ha comenzado a reaccionar, acelerando inversiones en manufactura dentro de Estados Unidos para mitigar los efectos.