La medida proteccionista busca beneficiar a empresas como Peterbilt, Kenworth y Freightliner (propiedad de Daimler Truck). Nick Iacovella, de la Coalición por una América Próspera, calificó la acción como una “gran victoria para los trabajadores estadunidenses”.

No obstante, la medida amenaza a compañías que dependen fuertemente de las importaciones desde México, como International Motors, LLC (anteriormente Navistar), que importa el 98% de sus camiones desde territorio mexicano, y Daimler, con un 83%. El T-MEC estipula la libre circulación de vehículos que cumplan con un contenido regional mínimo, que actualmente es del 64% para camiones pesados y aumentará al 70% en 2027. Marcas como Daimler Truck, Kenworth y otras ya producen modelos en México que podrían cumplir con esta regla de origen. Ante el anuncio, la presidenta Claudia Sheinbaum informó que su gobierno ya está en pláticas con la administración de Trump para negociar una consideración especial para México, advirtiendo que, de no mediar un acuerdo, podrían generarse problemas en el comercio bilateral. La industria automotriz y los inversionistas se mantienen a la expectativa de los detalles de implementación de la orden y del resultado de las negociaciones diplomáticas.