El anuncio del presidente Trump busca proteger a fabricantes de su país como Peterbilt, Kenworth y Freightliner.

Aunque la medida podría no afectar a los vehículos producidos en México que cumplan con las reglas de origen del T-MEC —actualmente un 64% de contenido regional—, la industria mexicana ha reaccionado con preocupación. Alejandro Malagón Barragán, presidente de la Concamin, descartó una salida de fábricas de México por esta presión, pero reconoció el reto. Por su parte, Rogelio Arzate, de la ANPACT, señaló que si bien los fabricantes cumplen con las reglas del T-MEC, cambiar la regla de origen al 70% en 2027, como está previsto, es un desafío. La Confederación de Trabajadores de México (CTM) en Coahuila ha advertido que el “efecto de los aranceles” ya ha provocado recortes de personal y cierres en empresas de Monclova, Piedras Negras y Acuña.

La Coparmex también señaló que la amenaza arancelaria representa un riesgo tanto para la industria mexicana como para los consumidores estadounidenses. El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, confirmó que México ya está en comunicación con sus contrapartes en Estados Unidos para analizar los detalles de la disposición y buscar una consideración especial, insistiendo en que se debe “respetar lo que está establecido en el tratado”.