Según datos del Inegi, en septiembre la producción y exportación de vehículos pesados se desplomaron 59.3% y 58.3% respectivamente, sus peores niveles en cuatro años.

La consultora S&P Global proyecta que el nuevo gravamen podría hundir la producción un 20% adicional. La Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (Anpact) califica la situación de “súper compleja” y ha manifestado que se encuentra a la espera de la orden ejecutiva oficial para analizar su alcance. Rogelio Arzate, presidente de Anpact, afirmó que “es indispensable analizar la publicación oficial” para conocer los detalles técnicos.

Por su parte, Miguel Ángel Martínez, presidente de la Canacar, advirtió sobre el impacto en empresas altamente dependientes del mercado estadounidense, citando el caso de una gran marca donde “85% de su producción en México va hacia Estados Unidos”. El gobierno mexicano ha respondido activamente; la presidenta Claudia Sheinbaum no descarta una llamada personal con Donald Trump, mientras el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, y el subsecretario de Comercio Exterior, Luis Rosendo Gutiérrez, trabajan para evitar la medida. La imposición del arancel es vista en el sector privado como una “posible fractura del T-MEC por la vía de los hechos”, ya que choca con los compromisos de libre comercio regional.