Analistas y autoridades mexicanas ya advierten sobre pérdidas millonarias y una contracción significativa en la producción.

La medida, anunciada por Trump bajo la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial por motivos de seguridad nacional, se aplicaría a las importaciones de todos los países, pero México sería el más afectado al suministrar el 70% de los camiones pesados que importa Estados Unidos. Luis Rosendo Gutiérrez, subsecretario de Comercio Exterior, estimó que el arancel podría impactar exportaciones valoradas en 15 mil millones de dólares anuales. La consultora S&P Global proyectó que la producción mexicana de estas unidades podría hundirse un 20% adicional, en un sector que ya enfrenta una caída anual del 34.5% en lo que va de 2025.

La presidenta Claudia Sheinbaum se comprometió a luchar contra el nuevo arancel y no descartó una llamada personal a Trump para abordar el tema.

Por su parte, la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT) y la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA) expresaron su profunda preocupación. Rogelio Arzate, presidente de ANPACT, afirmó que es indispensable analizar la orden ejecutiva oficial para conocer su alcance, pero subrayó que la industria mexicana cumple estrictamente con las reglas de origen del T-MEC y que cualquier medida arancelaria afectaría la profunda integración de la cadena de suministro de Norteamérica. Líderes industriales como Armando Gutiérrez Cuevas, de Canacintra, advirtieron que este nuevo arancel retrasará la recuperación económica.