La amenaza del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer aranceles de hasta el 100% a las importaciones chinas provocó una fuerte volatilidad en los mercados financieros globales, afectando las bolsas de valores, los precios del petróleo y el peso mexicano. Esta escalada en la guerra comercial generó una ola de aversión al riesgo entre los inversionistas. La tensión se originó después de que China anunciara restricciones a la exportación de minerales de tierras raras, materiales críticos para la industria tecnológica y de defensa. En respuesta, Trump declaró que estaba considerando un “aumento masivo de los aranceles” y que no veía “razón” para reunirse con el presidente chino, Xi Jinping, como estaba previsto. El impacto en los mercados fue inmediato y severo. Wall Street sufrió su peor caída en cinco meses, con el S&P 500 hundiéndose un 2.71% y el Nasdaq un 3.56%.
Las acciones de empresas tecnológicas como Nvidia y Apple, así como las de compañías chinas que cotizan en Estados Unidos como Alibaba, registraron fuertes pérdidas.
El nerviosismo también golpeó al mercado energético, donde los precios del petróleo cayeron a su nivel más bajo en cinco meses, con el WTI retrocediendo un 4.24%. En contraste, activos de refugio como el oro se dispararon, superando los 4,000 dólares por onza. El peso mexicano se depreció, con el tipo de cambio superando las 18.59 unidades por dólar. A pesar de la fuerte retórica inicial, Trump moderó su postura durante el fin de semana, afirmando que “todo estará bien” y que Washington no quería “perjudicar” a China, lo que permitió una recuperación parcial de los mercados al inicio de la siguiente semana. Sin embargo, el episodio subrayó la fragilidad de la estabilidad económica global y la influencia directa de las decisiones políticas en la confianza de los inversionistas.
En resumenLa amenaza de aranceles del 100% por parte de Donald Trump a China, en respuesta a las restricciones de Pekín sobre tierras raras, causó una severa caída en las bolsas de valores globales y en los precios del petróleo, mientras que el oro alcanzó máximos históricos. Aunque la retórica se suavizó posteriormente, el incidente evidenció la alta sensibilidad de los mercados a las tensiones comerciales entre las dos mayores economías del mundo.