“El problema es que no estamos creciendo. Tuvimos un año histórico el año pasado y ahora no estamos creciendo”, lamentó.

Además de la amenaza a las exportaciones, existe la preocupación de que la medida desincentive la renovación de flotas en México. Con la dificultad para exportar, podría generarse una sobreoferta en el mercado local que, paradójicamente, encarecería los vehículos nuevos, llevando a los transportistas a optar por unidades usadas e incentivando el contrabando. La presidenta Claudia Sheinbaum ha comentado sobre el tema, señalando que México busca mantener un trato similar al de los vehículos ligeros dentro del T-MEC, donde el contenido estadounidense es descontado, y que se está avanzando en un acuerdo en este sentido.