“¿Está realmente bien que EU decida, a su antojo, este porcentaje para este país y este porcentaje para este otro?”, cuestionó, argumentando que tales movimientos “dividirán el comercio mundial y serán definitivamente negativos para el desarrollo global”.

A pesar de la presión, Yanai afirmó que Uniqlo no planea trasladar su cadena de suministro a Estados Unidos, citando la falta de un entorno industrial adecuado.

Por su parte, Apple ha adoptado una postura diferente. Aunque también enfrenta la presión de Trump para regresar la manufactura a Estados Unidos, la compañía ha decidido redoblar su apuesta por China. El CEO, Tim Cook, se reunió con funcionarios en Pekín y se comprometió a “seguir aumentando la inversión en China”, desafiando las amenazas arancelarias de Washington. Esta decisión subraya la importancia estratégica del mercado y la cadena de producción chinos para Apple, que busca mantener su presencia y competitividad en la segunda economía más grande del mundo.